El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó el lunes los bombardeos estadounidenses e israelíes contra instalaciones nucleares iraníes, calificándolos de “agresión no provocada, sin fundamento ni justificación”, durante una reunión en Moscú con el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchi. Los ataques, iniciados por Israel el 13 de junio y seguidos por EE. UU. el fin de semana, han intensificado las tensiones en la región.
Putin expresó su apoyo al pueblo iraní y su voluntad de discutir soluciones para evitar una escalada, pero no aclaró si Rusia proporcionará ayuda militar a Teherán, aliado clave que ha suministrado drones a Moscú para su ofensiva en Ucrania. Araqchi denunció la “agresión injustificada” de Israel y EE. UU., defendiendo el derecho de Irán a la legítima defensa tras sus contraataques a Israel.
Desde el inicio de los bombardeos israelíes, Putin se ofreció como mediador para reducir tensiones, según el Kremlin. Sin embargo, la Unión Europea rechazó la propuesta, argumentando que Rusia, involucrada en el conflicto ucraniano desde 2022, no puede ser un mediador objetivo.
Las declaraciones de Putin reflejan la estrecha alianza entre Moscú y Teherán, aunque la falta de compromiso militar público sugiere cautela en su posicionamiento. La reunión con Araqchi buscó reforzar la cooperación bilateral y explorar salidas diplomáticas ante el conflicto.
El panorama regional sigue volátil, con Irán respondiendo militarmente a los ataques y Rusia condenando las acciones de EE. UU. e Israel, mientras la comunidad internacional observa con preocupación el riesgo de una escalada mayor en Oriente Medio.