El 19 de mayo de 2025, el Secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Robert F. Kennedy Jr., instó a otras naciones a seguir el ejemplo de Estados Unidos y retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS), calificándola de institución “moribunda”. En un mensaje de video dirigido a la asamblea anual de la OMS en Ginebra, Kennedy criticó a la organización por estar “plagada de corrupción” y excesivamente influenciada por China, a pesar de que EE. UU. aportara el 18 % de su financiación en 2024. Argumentó que el liderazgo de la OMS no sirve al interés público mundial e instó a los países a establecer nuevas instituciones centradas en la salud, libres de dicha influencia.
La postura de Kennedy coincide con la decisión del presidente Donald Trump de abandonar la OMS, un proceso iniciado en 2020, revertido por el presidente Joe Biden en 2021 y reiniciado en 2025, con finalización prevista para julio de 2026 debido a un preaviso de un año según el Artículo 19 de la Constitución de la OMS.
Kennedy, conocido por sus opiniones antivacunas, también se opuso al tratado sobre pandemias propuesto por la OMS, alegando que socavaría la soberanía nacional al otorgar a la organización un control excesivo sobre las políticas sanitarias. Afirmó: «No tenemos por qué sufrir las limitaciones de una OMS moribunda», animando a las naciones a formar organismos alternativos para abordar los desafíos de la salud mundial de forma colaborativa. Publicaciones en X, incluyendo las de @UHN_Plus y @AFPespanol, se hicieron eco de las declaraciones de Kennedy, destacando su llamado a abandonar la OMS y su crítica a su liderazgo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) expresó su pesar por la retirada de Estados Unidos, y su director, Jarbas Barbosa, señaló los posibles impactos en la financiación, pero afirmó la apertura a una colaboración continua con Estados Unidos. Los críticos, incluidos 77 premios Nobel y expertos en salud como Paul Offit, han advertido que las políticas de Kennedy podrían poner en peligro la salud pública, citando su historial de promoción de vínculos desacreditados entre las vacunas y el autismo y sus recientes recortes de personal en agencias como la FDA y los CDC.
