La elección del cardenal Robert Francis Prevost como papa León XIV, anunciada este jueves tras la cuarta votación en el cónclave del Vaticano, ha llenado de orgullo y alegría a la comunidad católica ecuatoriana, especialmente a los miembros de la Orden de San Agustín en Guayaquil. Carlos Urbina, superior de la orden en Ecuador, expresó su emoción al recordar la visita de Prevost a la ciudad, donde participó en obras sociales y dejó una marca imborrable por su humildad y compromiso pastoral.
Prevost, nacido en Chicago en 1955 y nacionalizado peruano en 2015 tras décadas de trabajo en América Latina, recorrió Guayaquil en 2019 como parte de su trabajo con la Orden de San Agustín. Durante su estancia, colaboró en actividades de asistencia en sectores vulnerables, incluyendo comedores comunitarios y programas educativos en parroquias como San Vicente de Paúl, en el suburbio porteño. “Recorrió Guayaquil, hizo obra social con nosotros; estamos alegres con la designación”, afirmó Urbina, destacando la cercanía del ahora pontífice con los más necesitados.
El nuevo papá, descrito como un líder moderado y constructor de puentes, tiene una trayectoria profundamente vinculada a América Latina. Tras ordenarse sacerdote agustiniano en 1982, llegó a Perú en 1985, donde sirvió como administrador apostólico y obispo de Chiclayo, fortaleciendo la pastoral en las comunidades rurales. Su experiencia en la región, sumada a su formación en derecho canónico y su rol como prefecto del Dicasterio para los Obispos en el Vaticano desde 2023, lo posicionó como un candidato idóneo para suceder al papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025.
En Guayaquil, la comunidad agustiniana recuerda a Prevost por su capacidad para conectarse con los fieles y su enfoque en la justicia social. “Era un hombre sencillo, siempre dispuesto a escuchar ya trabajar por los demás”, señaló Urbina, quien resaltó la labor del cardenal en la promoción de proyectos educativos y de atención a los pobres. La iglesia San Agustín, ubicada en las calles Luis Urdaneta y Pedro Moncayo, se convirtió en un punto de encuentro para celebrar la noticia, con misas de acción de gracias programadas para los próximos días.
La elección de León XIV, confirmada con la fumata blanca el 8 de mayo y anunciada por el cardenal protodiácono Dominique Mamberti desde el balcón de la Basílica de San Pedro, representa un hito para la Iglesia Católica. Prevost, quien afirmó el nombre de León en honor a los papas reformadores del pasado, dedicó sus primeras palabras a la diócesis de Chiclayo, pero su mensaje de unidad y fe resonó en Ecuador, donde su paso dejó un legado de esperanza.
Mientras el mundo católico se prepara para seguir el pontificado de León XIV, Guayaquil celebra a un papa que, con su experiencia latinoamericana y su visión pastoral, promete guiar a la Iglesia en tiempos de desafíos globales. La Orden de San Agustín en Ecuador, junto a millas de fieles, espera que su liderazgo fortalezca la misión de servicio y renovación espiritual iniciada por sus predecesores.