Un robot contratado como asistente administrativo en el Ayuntamiento de Gumi, Corea del Sur, no cumplió las expectativas y acabó destruido tras caer por una escalera, según MeriStation, citando a Yonhap. Presentado como una solución innovadora, su alto costo de mantenimiento y baja productividad generaron críticas.
El androide, que debía trabajar de 9:00 a 18:00, se limitaba a entregar documentos y guiar visitantes, sin alcanzar el rendimiento esperado de un asistente con inteligencia artificial. Las autoridades notaron que seguía la “ley del mínimo esfuerzo”.
El incidente ocurrió cuando el robot, ejecutando una tarea en el segundo piso, se desvió de su ruta y cayó por las escaleras, quedando destrozado. Un funcionario señaló que “bajó precipitadamente” sin causa clara.
Tras el accidente, el Ayuntamiento de Gumi decidió no reemplazar al robot, cerrando la puerta a futuros experimentos con androides en roles administrativos debido a su ineficiencia y elevado costo.