En una jornada política que marca un cambio de era, el centroderechista Rodrigo Paz resultó vencedor en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia, al imponerse al conservador Jorge “Tuto” Quiroga con aproximadamente el 54.5 % de los votos frente al 45.4 % del exmandatario, según datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral.
Este triunfo pone fin a casi dos décadas de dominio del partido Movimiento al Socialismo (MAS), abriendo una etapa de transición hacia políticas más orientadas al mercado y al reordenamiento económico.
Paz, economista e hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora, enfrentará enormes desafíos: combatir una inflación que ronda el 23 %, superar la escasez de dólares y combustible, y atraer inversiones internacionales para relanzar la economía. Sus primeros anuncios apuntan a descentralizar el poder y mantener redes de protección social.
Los analistas coinciden en que su elección no solo representa un recambio presidencial, sino un cambio estructural en el modelo boliviano de gobierno, con implicaciones regionales para alianzas internacionales, libre comercio y la economía minera.
