El primer ataque exitoso de Rusia contra un edificio gubernamental en Kiev, el domingo 8 de septiembre con 810 drones y 13 misiles, intensificó los temores sobre la capacidad de Ucrania para contrarrestar los crecientes ataques aéreos rusos, según el analista Oleksandr Kovalenko. El experto señala que Moscú busca abrumar las defensas ucranianas y vengarse de ataques a refinerías rusas, mientras presiona a Kiev con ultimátums.
Rusia perfecciona sus drones y misiles, que cambian trayectorias y usan tecnología avanzada, evadiendo el 17% de las defensas ucranianas en agosto frente al 3% en enero. Ucrania, con escasez de sistemas de defensa aérea, interceptó el 92% de los drones del ataque, usando drones interceptores y F-16, pero enfrenta desafíos para proteger objetivos clave, según Kovalenko y el portavoz Yuri Ignat.
Los líderes ucranianos, como Volodímir Zelenski y Rustem Umérov, piden apoyo internacional y aumentan la producción de drones interceptores. Rusia, con 6.000 drones Shahed mensuales y misiles Iskander, apunta a la infraestructura energética, como la central de Tripilia, y busca sembrar miedo para forzar concesiones, mientras Ucrania refuerza sus defensas con recursos limitados.