En la madrugada del 24 de abril de 2025, Rusia lanzó un devastador ataque combinado contra Kiev y sus alrededores, utilizando 70 misiles y 145 drones, según informó la Fuerza Aérea ucraniana. Las explosiones, que comenzaron alrededor de la 1:00 a.m., sacudieron varios distritos de la capital, dejando unos 9 muertos y al menos 70 personas heridas, causando daños significativos en edificios residenciales e infraestructura crítica. Las autoridades locales reportaron que las defensas antiaéreas derribaron 48 misiles y 64 drones, mientras que otros fueron desviados por sistemas de guerra electrónica.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó el ataque, acusando a Rusia de intensificar su ofensiva para presionar a Ucrania en medio de negociaciones de paz impulsadas por Estados Unidos. El ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, afirmó que los bombardeos demuestran el desprecio de Moscú por los esfuerzos diplomáticos. Este ataque, uno de los más grandes desde el inicio del conflicto, se produce tras la negativa rusa a aceptar una tregua en los bombardeos a civiles, exacerbando las tensiones en un momento crítico de la guerra. En Kiev, mujeres y niños se refugiaron en estaciones de metro mientras las sirenas antiaéreas resonaban, reflejando el impacto humano de esta nueva escalada.
