Rusia reportó el 5 de mayo de 2025 que sus defensas aéreas interceptaron cuatro drones ucranianos dirigidos hacia Moscú, en un intento de perturbar los preparativos para las celebraciones del 9 de mayo, que conmemoran el 80.º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. El alcalde de la capital, Sergei Sobyanin, informó que no se registraron daños ni víctimas, y los servicios de emergencia trabajaron en el lugar. El ataque obligó a suspender temporalmente el tráfico aéreo en el aeropuerto de Domodedovo por 90 minutos, según la agencia Rosaviatsia.
El incidente ocurrió días antes de que Moscú reciba a líderes internacionales, como el presidente chino Xi Jinping y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, para el desfile militar en la Plaza Roja. Rusia también reportó la interceptación de 17 drones en la región de Bryansk y cinco en Kaluga, mientras blogueros de guerra señalaron ataques ucranianos en Kursk. Las autoridades rusas atribuyen la acción a un intento de Ucrania por desestabilizar los eventos del Día de la Victoria, en un contexto de tensiones por la guerra iniciada en 2022.
El Kremlin anunció una tregua de 72 horas del 8 al 10 de mayo, que Ucrania rechazó, calificándola de “manipulación”. El presidente Volodímir Zelensky abogó por un alto al fuego de 30 días, respaldado por Estados Unidos, pero Rusia lo descartó, insistiendo en un acuerdo a largo plazo. Las hostilidades persisten, con ataques mutuos de drones y misiles, mientras las negociaciones de paz, impulsadas por el presidente estadounidense Donald Trump, enfrentan obstáculos. Este ataque subraya la escalada de la guerra aérea entre ambos países.