Rusia descartó el lunes 12 de mayo de 2025 la propuesta de una tregua de 30 días en Ucrania planteada por líderes europeos, calificando de “inaceptables” los ultimátums de la Unión Europea (UE). El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que no se puede dialogar con Rusia mediante amenazas de sanciones, en respuesta a la exigencia de un alto al fuego “completo e incondicional” a partir de ese mismo día, respaldada por Alemania, Francia, Polonia, Reino Unido y Estados Unidos.
La iniciativa surgió tras una visita a Kiev de los mandatarios europeos, quienes, junto al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, propusieron la tregua para iniciar negociaciones de paz. La UE advirtió que, de no aceptarse, impondría “sanciones masivas” coordinadas con EE. UU. Peskov reiteró que Rusia está abierta a negociaciones, pero solo directas con Ucrania, y acusó a los países europeos de adoptar un “carácter confrontacional”.
El contexto es tenso: Rusia lanzó 108 drones contra Ucrania la noche previa, de los cuales 50 fueron derribados, dejando un muerto y seis heridos. Zelenski, tras hablar con el papa León XIV, insistió en un alto al fuego inmediato y propuso negociaciones directas con Vladimir Putin en Turquía, oferta que Moscú no ha respondido. Mientras, el Kremlin celebró el 80 aniversario de la victoria sobre los nazis, rechazando una tregua de tres días propuesta por Putin como “teatral” por parte de Ucrania.
La UE, por boca de la alta representante Kaja Kallas, subrayó que cualquier paz debe respetar la integridad territorial de Ucrania y anunció avances en un tribunal especial para juzgar crímenes de guerra rusos. Rusia, en cambio, mantiene exigencias como el reconocimiento de Crimea y cuatro regiones anexionadas, condiciones que Ucrania y sus aliados rechazan. Las negociaciones, con mediación de EE. UU. en Arabia Saudí y Turquía, siguen sin avances concretos, mientras el conflicto continúa causando víctimas y destrucción.
