La relación entre Vladimir Putin y Kim Jong-un se ha consolidado durante la invasión rusa a Ucrania, con Corea del Norte enviando aproximadamente 11.000 soldados a combatir en frentes rusos, muchos de los cuales han muerto en batalla, según estimaciones. Esta alianza, fortalecida desde 2022, incluye apoyo logístico y militar de Pyongyang a Moscú.
En noviembre de 2024, Kim Jong-un anunció un acuerdo para la producción masiva de drones de ataque, ampliando la cooperación militar con Rusia. Según la Agencia Nacional de Noticias de Ucrania (Ukrinform), el jefe de inteligencia ucraniano, Kyrylo Budanov, reveló que los sistemas antimisiles Pantsir-S1 rusos, capaces de derribar drones y aviones, ya están desplegados en Pyongyang para proteger la capital norcoreana.
Rusia ha transferido tecnología de los Pantsir-S1 a Corea del Norte, con militares rusos entrenando a sus homólogos norcoreanos en el uso de estos sistemas antiaéreos. Esta transferencia tecnológica también abarca la producción conjunta de drones kamikaze, fortaleciendo el arsenal de Kim Jong-un.
Esta cooperación militar, que incluye tropas, armas y tecnología, refuerza el poderío bélico de Corea del Norte, generando preocupación en la comunidad internacional por su impacto en la seguridad regional y global.