Unos doscientos veintisiete estudiantes y docentes fueron raptados en una escuela católica ubicada en el centro de Nigeria durante la madrugada del viernes. El secuestro masivo, confirmado por la Asociación de Cristianos de Nigeria (ACN), tuvo lugar en la escuela St. Mary, en la zona de Agwara del estado de Níger. Los atacantes armados asaltaron el centro educativo entre la una y las tres de la mañana; las estudiantes secuestradas son todas niñas, y un guardia de seguridad del plantel fue abatido. Este incidente es el segundo de gran magnitud en la semana, tras el rapto de veinticinco alumnas en una escuela secundaria en el estado de Kebbi, al noroeste del país. Las autoridades nigerianas han desplegado unidades de policía y soldados para iniciar la búsqueda y rescate de los secuestrados en un contexto de inseguridad creciente que afecta al norte y centro del país.
El ataque se produce en un contexto de fuertes tensiones por la ola de violencia que azota al país, donde operan grupos armados y organizaciones yihadistas. La violencia contra la minoría cristiana en Nigeria ha generado pronunciamientos internacionales. Nigeria está dividido entre un norte mayoritariamente musulmán y un sur predominantemente cristiano, y enfrenta una insurrección yihadista que ha dejado cuarenta mil muertos y más de dos millones de desplazados en dieciséis años. El nuevo rapto masivo intensifica la crisis de seguridad y coloca al gobierno en una situación de alerta máxima ante la gravedad de los incidentes que ponen en jaque la vida de la población civil.








