ESTAMBUL — Ucrania y Rusia celebraron este viernes su primera reunión directa de negociaciones de paz desde 2022, en un encuentro que duró aproximadamente una hora y 45 minutos en Estambul.
Aunque no se lograron avances significativos hacia un alto el fuego, ambas partes acordaron un intercambio de 1.000 prisioneros de guerra por cada bando, representando el mayor canje desde el inicio del conflicto.
Durante la sesión, Rusia reiteró su exigencia de que Ucrania retire sus tropas de las cuatro regiones ucranianas que Moscú ha declarado anexionadas: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
Kiev rechazó categóricamente esta demanda, calificándola de “no constructiva y alejada de la realidad”.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, expresó su disposición a un alto el fuego total e incondicional y solicitó la imposición de sanciones más severas contra Rusia si no se logran avances en las conversaciones.
Zelenski también criticó la ausencia del presidente ruso, Vladímir Putin, en las negociaciones, considerando que la delegación rusa, encabezada por el asesor presidencial Vladímir Medinski, carece de autoridad para tomar decisiones significativas.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, calificó de “grave error” la decisión de Putin de enviar una delegación de bajo nivel y enfatizó la necesidad de que Rusia se tome en serio las negociaciones de paz.
Las conversaciones, mediadas por el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, contaron con la presencia del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, quien mantuvo reuniones bilaterales con ambas delegaciones.
Aunque el diálogo representa un paso hacia la reanudación de las negociaciones, las profundas diferencias entre las partes y la falta de compromisos concretos mantienen la incertidumbre sobre el futuro del proceso de paz.