Un devastador terremoto de magnitud 6 sacudió el este de Afganistán el domingo, dejando al menos 1.411 muertos y 3.124 heridos solo en Kunar, según el gobierno talibán. Ocurrido cerca de Jalalabad, el sismo destruyó más de 5.000 casas de adobe en las provincias montañosas de Nangarhar, Kunar y Laghman, agravado por su poca profundidad de 8 km.
Los equipos de rescate trabajan sin descanso entre los escombros, mientras habitantes como Obaidullah Stoman, de 26 años, buscan sobrevivientes en aldeas devastadas. La ONU advierte que cientos de miles podrían verse afectados, y la UE enviará 130 toneladas de ayuda humanitaria y un millón de euros para apoyar a las víctimas.
La crisis humanitaria de Afganistán, exacerbada por décadas de conflicto y la reciente reducción de ayuda extranjera, complica la respuesta al desastre. Los frecuentes sismos en la región del Hindú Kush, como el de Herat en 2023 que mató a 1.500 personas, evidencian la vulnerabilidad del país ante estas catástrofes.