El mayor error de Tesla en el último año, según analistas, fue la falta de enfoque de Elon Musk en la calidad de los vehículos, especialmente el Cybertruck, y su involucramiento político con Donald Trump, lo que desencadenó boicots y una caída en las ventas. La empresa, que en 2024 reportó ingresos por $94,700 millones, vio una reducción del 8% en entregas globales en el primer trimestre de 2025, según posts en X, con modelos como el Cybertruck enfrentando múltiples defectos y retiros del mercado.
El Cybertruck, presentado como un vehículo revolucionario, ha sido criticado por problemas como fallos en el odómetro, maleteros trabados y baterías defectuosas, generando quejas en foros como Cybertruck Owners Club. Un propietario reportó que su camioneta, comprada por $100,000, quedó valuada en $65,400 tras un año, reflejando una depreciación del 34.6%. Además, una demanda colectiva acusa a Tesla de alterar odómetros para evitar reparaciones en garantía, dañando aún más su reputación.
La alineación de Musk con Trump, incluyendo su rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental, provocó rechazo en mercados clave. En Europa, un empresario francés canceló un pedido de 15 Teslas, y en Francia, un grupo con 20,000 miembros promueve boicotear productos estadounidenses. Estos factores, sumados a la competencia de marcas como BYD, Hyundai y Toyota, que aumentaron ventas hasta un 88% en 2024, redujeron la cuota de mercado de Tesla en EE. UU. del 65.4% en 2022 al 20% proyectado para 2025.
Musk admitió errores, como el apoyo inicial a políticas comerciales que afectaron a Tesla, y revirtió decisiones como limitar la producción de Cybertrucks de la Foundation Series. Sin embargo, la percepción pública se deteriora, con vandalismo a concesionarios en EE. UU. y críticas por exagerar autonomías de vehículos. Un propietario en Delaware destacó el software de conducción autónoma por evitar un accidente, pero casos como el choque fatal de un Tesla en China, atribuido a la eliminación de radares por costos, refuerzan las críticas a las decisiones de diseño.
Tesla enfrenta una amenaza existencial por la combinación de fallos técnicos, mala gestión de imagen y una competencia creciente. La empresa necesita recuperar la confianza de los consumidores y mejorar la calidad de sus productos para revertir la crisis. Mientras Musk busca retomar el control, expertos sugieren que la falta de innovación en diseño y un servicio al cliente deficiente podrían seguir afectando a Tesla en un mercado cada vez más competitivo.