Tom Cruise, uno de los nombres más destacados de Hollywood, declinó una invitación para ser homenajeado en la 48ª edición de los Kennedy Center Honors, programada para el 8 de diciembre de 2025 en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington D.C. La ceremonia, que será encabezada por el presidente Donald Trump, ha generado controversia debido a la intervención directa de este en la organización y selección de los galardonados. Aunque el comunicado oficial atribuye la ausencia de Cruise a “conflictos de agenda”, fuentes cercanas sugieren que la decisión podría estar motivada por el deseo del actor de evitar una asociación pública con Trump.
La edición 2025 de los Kennedy Center Honors reconocerá a figuras como Sylvester Stallone, Gloria Gaynor, George Strait, Michael Crawford y la banda KISS. Stallone, amigo cercano de Trump, fue nombrado embajador cultural, mientras que Gaynor y Strait reflejan una orientación conservadora que alinea con la visión de Trump para el evento. La gala, que será transmitida por CBS, marca un hito en la historia del centro, con Trump asumiendo un rol activo como presidente del organismo y proponiendo renombrarlo como “Trump/Kennedy Center”.
Los Kennedy Center Honors, establecidos en 1978, son el máximo reconocimiento cultural otorgado por el gobierno estadounidense a artistas escénicos por su contribución a la cultura nacional. Este año, la ceremonia adquiere un matiz político debido a la influencia de Trump, quien ha remodelado la junta directiva y ha impulsado una agenda cultural conservadora. La relación de Trump con Hollywood ha sido tensa, con apoyos de figuras como Stallone, Jon Voight y Mel Gibson, pero también con críticas y boicots de celebridades como George Clooney, Taylor Swift y Alec Baldwin.
La ausencia de Cruise, quien recibirá un Oscar honorario en los Governors Awards el 16 de noviembre de 2025, resalta las tensiones entre la industria del entretenimiento y la administración Trump. Su decisión, aunque presentada como un asunto de agenda, se interpreta como un gesto de distanciamiento en un contexto donde la gala del 8 de diciembre será tanto un evento artístico como una declaración política.
