Un tribunal federal de EE.UU. bloqueó los aranceles generalizados de Donald Trump, declarando que excedió su autoridad al imponerlos sin aprobación del Congreso. El Tribunal de Comercio Internacional, con sede en Manhattan, dictaminó el 28 de mayo de 2025 que la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) de 1977, usada por Trump para justificar los gravámenes, no otorga al presidente poder para imponer aranceles amplios. La decisión, que afecta tarifas del 10% a la mayoría de los países y hasta 145% a China, es un revés a la política comercial de Trump.
El fallo responde a demandas del Liberty Justice Center, en nombre de pequeñas empresas, y de una docena de estados demócratas, liderados por Oregón, que argumentaron que los aranceles violan la Constitución, ya que el Congreso tiene autoridad exclusiva sobre el comercio. Los jueces, nombrados por Trump, Obama y Reagan, también bloquearon aranceles específicos contra China, México y Canadá, impuestos por supuestos flujos de drogas e inmigración ilegal, pero no afectaron los gravámenes a acero, aluminio y automóviles, amparados en otra ley.
La Casa Blanca anunció una apelación inmediata, afirmando que “no corresponde a jueces no electos decidir sobre emergencias nacionales”. Si los tribunales superiores confirman el fallo, las empresas afectadas recibirán reembolsos con intereses. Por ahora, los aranceles deben seguir pagándose, sin cambios inmediatos en la frontera, según John Leonard, ex alto cargo de Aduanas. Los mercados globales reaccionaron con alzas, aliviados por la reducción de incertidumbre tras semanas de volatilidad.
Los aranceles, anunciados el 2 de abril como “Día de la Liberación”, buscaban impulsar la manufactura estadounidense, pero generaron temores de inflación y recesión global. Trump había pausado algunos gravámenes tras negociaciones con países como México, Canadá y la UE, pero mantuvo altas tarifas contra China. La decisión judicial limita el uso de la IEEPA, obligando a Trump a buscar otras vías legales para futuros aranceles, lo que podría prolongar la incertidumbre comercial.
El fallo destaca tensiones entre poderes ejecutivos y legislativos, reafirmando el rol del Congreso en el comercio. Mientras la apelación avanza, posiblemente hacia el Supremo, los mercados y empresas esperan claridad. La sentencia podría beneficiar a economías como México, potenciando el nearshoring, pero la guerra comercial con China persiste, complicando las relaciones globales. La resolución final definirá el futuro del comercio internacional y el impacto económico en EE.UU.
