El 4 de junio de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que negociar con el presidente chino Xi Jinping es “extremadamente difícil”, tras duplicar los aranceles al acero y aluminio importados del 25 % al 50 %, medida efectiva desde el mismo día. En un mensaje en Truth Social, Trump expresó admiración por Xi, pero lo describió como “muy duro” para alcanzar acuerdos comerciales, argumentando que la medida protege la seguridad nacional y la industria estadounidense. La Casa Blanca confirmó una posible conversación telefónica entre ambos líderes esta semana para aliviar tensiones.
La decisión, formalizada por orden ejecutiva, afecta a países como Canadá, Brasil, México y China, aunque Reino Unido quedó exento, manteniendo su tasa al 25 % hasta julio. China, que domina el comercio global de estos metales, respondió acusando a EE. UU. de violar un acuerdo de mayo de 2024 que redujo temporalmente los aranceles al 30 % (EE. UU.) y 10 % (China) tras negociaciones en Ginebra. Beijing calificó las nuevas restricciones, incluyendo controles a semiconductores y visas estudiantiles, como “supresión extrema”.
La Unión Europea, afectada por la medida, expresó preocupación. Maros Sefcovic, tras reunirse con el representante comercial estadounidense Jamieson Greer, señaló avances en negociaciones, pero criticó el aumento arancelario como obstáculo. La UE amenaza con un recargo del 50 % si no hay acuerdo, mientras la OCDE redujo su pronóstico de crecimiento global al 2,9 % por estas tensiones. México y Brasil, principales proveedores de acero, buscan exenciones, con México calificando la medida de “injusta”.
Trump justificó los aranceles en un acto en Pittsburgh, ante trabajadores de U.S. Steel, destacando la necesidad de fortalecer la siderurgia nacional. La controversia se intensifica por la posible venta de U.S. Steel a Nippon Steel por $14.900 millones, apoyada por Trump tras su oposición inicial. Analistas advierten que la escalada arancelaria podría complicar las negociaciones globales y afectar los mercados, aumentando el riesgo de una recesión mundial.