El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó el 26 de mayo de 2025 su satisfacción por la propuesta de imponer aranceles del 50% a productos de la Unión Europea (UE), originalmente prevista para el 1 de junio, pero aplazada al 9 de julio tras negociaciones con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En un mensaje en Truth Social, Trump afirmó que las conversaciones con la UE no han avanzado lo suficiente, justificando los aranceles por un déficit comercial de $235,571 millones en bienes en 2024, aunque omitió el superávit estadounidense en servicios.
La amenaza arancelaria, que incluye productos agrícolas como quesos y vinos, ha generado incertidumbre en los mercados, con caídas del 1.7% en el índice STOXX 600 europeo y 1.15% en el Dow Jones tras el anuncio. La UE respondió con un plan de represalias por $108,000 millones, mientras Von der Leyen propuso una oferta de “cero aranceles” para evitar una guerra comercial. Trump, sin embargo, insiste en que los gravámenes beneficiarán a la industria estadounidense, aunque analistas advierten sobre alzas en precios para consumidores y tensiones con aliados.
La decisión de aplazar los aranceles refleja la presión de mercados y aliados, tras un intento fallido de imponer un arancel del 20% en abril, suspendido para negociaciones. Trump ha calificado la UE como “hostil” en comercio, citando barreras como el IVA y regulaciones. Mientras, el comisario europeo Maroš Šefčovič busca soluciones bilaterales, pero la falta de avances concretos mantiene la incertidumbre sobre el impacto económico global.
