El 31 de julio de 2025, el presidente Donald Trump destacó en Truth Social los nuevos aranceles que impondrá desde el 1 de agosto a unos 80 países, incluidos los 27 de la Unión Europea, con recargos del 11% al 50% según el origen de los bienes. “Los aranceles están haciendo que Estados Unidos sea grande y rico de nuevo”, afirmó, calificando al país como el “más atractivo” del mundo.
Las medidas, que siguen al 10% universal aplicado en abril, incluyen un 50% al aluminio y acero, un 25% a automóviles y un 50% a productos con cobre, excluyendo el cobre bruto, beneficiando a Chile. Productos del T-MEC (Canadá y México) están exentos. La UE, Japón, Corea del Sur, Reino Unido, Vietnam, Indonesia y Filipinas lograron acuerdos preliminares para recargos menores.
Tras posponer los aranceles en abril y julio, Trump confirmó que el plazo del 1 de agosto es inaplazable, aunque solo se concretaron siete acuerdos, lejos de las “decenas” esperadas. Las negociaciones buscaban mitigar el impacto económico, pero la mayoría de los países enfrentarán los nuevos recargos desde medianoche.
Las políticas de Trump, centradas en fortalecer la economía estadounidense, generan debate global por su impacto en el comercio internacional. Los aranceles refuerzan su estrategia proteccionista, mientras los socios comerciales buscan adaptarse a las nuevas condiciones comerciales impuestas por Washington.
