La Casa Blanca fue el escenario de una crucial cena entre el presidente Donald Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con el objetivo de establecer una agenda común para abordar la compleja crisis en Medio Oriente. Antes del encuentro con Trump, Netanyahu mantuvo reuniones con el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial de Estados Unidos en Medio Oriente, Steve Witkoff, donde reiteró sus prioridades: un cese del fuego en Gaza, la liberación de los rehenes en manos de Hamas y la destrucción de la iniciativa nuclear de Irán.
Netanyahu se mantiene firme en su rechazo a las exigencias de Hamas para un cese del fuego definitivo y la retirada total de las tropas israelíes de la Franja de Gaza. Respecto al proyecto atómico de Irán, el primer ministro israelí descarta nuevas negociaciones y propone repetir ofensivas aéreas si se comprueba el enriquecimiento de uranio. Por su parte, Trump busca un acuerdo de cese del fuego con Hamas antes de que concluya julio, y está dispuesto a aceptar un repliegue parcial de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para mantener el control territorial y la estabilidad del gobierno de Netanyahu.
La cena también abordó la situación con Irán y su programa nuclear. Mientras Trump favorece una estrategia de negociación, enviando a Witkoff a Oslo para reunirse con el canciller iraní, Netanyahu propone una nueva ofensiva aérea contra las instalaciones nucleares. El presidente estadounidense no descarta esta última opción, pero prefiere esperar los resultados de las negociaciones, reafirmando que no dudará en atacar si lo considera la vía más efectiva para desmantelar el proyecto atómico iraní, buscando una resolución definitiva para la situación en Gaza y las ambiciones nucleares de Teherán.
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