El presidente Donald Trump anunció su intención de desmantelar gradualmente la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) tras la temporada de huracanes, según The Guardian. Además, planea reducir la ayuda federal para desastres naturales, distribuyendo los fondos directamente desde su oficina. Esta decisión genera preocupación, especialmente con la temporada de huracanes del Atlántico en curso, que se espera intensa con 13 a 19 tormentas hasta noviembre, según la NOAA.
La posible eliminación de FEMA en diciembre, combinada con la pérdida de una cuarta parte de su personal, deja a estados, gobiernos locales, empresas de servicios públicos y ciudadanos con una mayor responsabilidad ante desastres. Expertos advierten que esta medida podría agravar la respuesta a emergencias, especialmente en comunidades rurales y zonas gravemente afectadas, donde los plazos de recuperación podrían extenderse.
EnergySage destaca que la infraestructura eléctrica de EE. UU., ya obsoleta, no está preparada para enfrentar la demanda durante fenómenos extremos como huracanes. Sin el respaldo adecuado de FEMA, las compañías eléctricas asumirán mayores costos en la restauración de la red, lo que probablemente se traducirá en tarifas más altas para los consumidores, según Casey McDevitt de EnergySage.
La incertidumbre sobre el futuro de FEMA subraya la necesidad de que los estadounidenses busquen soluciones como la generación de energía propia. Plataformas como EnergySage ofrecen herramientas para explorar opciones como sistemas solares, ayudando a mitigar el impacto de la reducción de apoyo federal en la gestión de desastres.
