Durante su participación en el funeral del papa Francisco en el Vaticano, Donald Trump reveló que Volodímir Zelenski le habría transmitido su disposición a negociar la entrega de Crimea a Rusia como parte de un eventual acuerdo de paz. Trump recordó que la anexión de Crimea por Moscú ocurrió bajo el mandato de Barack Obama, sugiriendo que el tema debería considerarse como un hecho consumado en el contexto actual del conflicto entre Rusia y Ucrania.
A pesar de esta posible apertura a la negociación, Trump criticó fuertemente a Rusia debido a la intensificación de los bombardeos sobre territorio ucraniano, especialmente tras ataques recientes que han causado numerosas víctimas. El exmandatario estadounidense advirtió que su gobierno podría retirarse de los esfuerzos de mediación internacional si no se observa un cambio en la actitud de Moscú, dejando claro que considera inaceptable la continuación de las agresiones militares.
En ese sentido, Trump hizo un llamado directo al presidente ruso Vladimir Putin para que detenga los ataques y busque una solución diplomática. La posición de Trump plantea un complejo escenario para Ucrania, que hasta ahora ha defendido públicamente su soberanía sobre Crimea y demás territorios ocupados. Las declaraciones han generado reacciones en la comunidad internacional, que observa con atención cualquier movimiento que pueda alterar la dinámica de la guerra.