El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó que no hubo avances en su reciente conversación telefónica con el líder ruso, Vladimir Putin, para buscar un alto el fuego en Ucrania. La llamada, que duró cerca de una hora, tuvo lugar el jueves y abordó varios temas, incluido el conflicto ucraniano, que lleva más de tres años sin resolución. Trump expresó su frustración, destacando la falta de progreso en las negociaciones de paz lideradas por Washington, que se han estancado mientras se suspenden algunos envíos de armas a Kiev.
A diferencia de sus cinco llamadas previas con Putin desde que asumió nuevamente la presidencia en enero, Trump adoptó un tono inusualmente pesimista. “No hice ningún progreso con él, en absoluto”, afirmó ante la prensa, contrastando con los informes más optimistas de conversaciones anteriores. La falta de avances refleja las crecientes tensiones en su relación con Putin, especialmente tras rechazar una oferta del líder ruso para mediar en el conflicto entre Irán e Israel, instándolo a priorizar Ucrania.
Por su parte, el Kremlin confirmó la duración de la llamada y subrayó la postura inflexible de Rusia. Yuri Ushakov, asesor del Kremlin, declaró que Putin insistió en que Rusia no renunciará a sus objetivos, que incluyen la “eliminación de las causas profundas” del conflicto. Moscú mantiene demandas como la renuncia de Ucrania a unirse a la OTAN y el reconocimiento de los territorios anexionados, condiciones que Kiev y sus aliados consideran inaceptables.
La guerra en Ucrania sigue siendo un punto de fricción en las relaciones entre Washington y Moscú. La suspensión de envíos de armas a Kiev por parte de Estados Unidos ha complicado aún más las negociaciones, mientras las partes buscan una solución viable. La falta de avances en esta llamada resalta los desafíos para alcanzar un acuerdo que satisfaga a todas las partes involucradas.
La conversación entre Trump y Putin también abordó otros temas, como la situación en Irán, pero el foco principal fue la guerra en Ucrania. La creciente frustración de Trump y la postura firme de Rusia sugieren que el camino hacia la paz sigue siendo complicado, con pocas perspectivas de resolución inmediata en el horizonte.