La crisis de inseguridad que golpea al transporte público en Lima escaló esta madrugada con el incendio de un autobús, presuntamente provocado por extorsionadores. El vehículo, perteneciente a la empresa Etrancisa, fue atacado mientras estaba estacionado frente a la casa de su dueño en el distrito de Santa Anita, quedando completamente calcinado.
Este ataque ocurre horas después de un amplio paro de transportistas convocado para protestar contra el sicariato (asesinato por encargo) y la extorsión, que ha dejado más de 40 víctimas en los últimos meses. El dueño del bus incendiado confirmó que no había salido a trabajar el lunes precisamente para acatar la huelga, que se convocó de urgencia tras el asesinato de un conductor el fin de semana.
Desacuerdo y Bloqueos Persistentes
En la noche del lunes, los principales gremios de transportistas levantaron la protesta tras reunirse con ministros y acordar la instalación de una mesa de trabajo el próximo 14 de octubre.
Sin embargo, algunas compañías se mostraron insatisfechas con la lentitud de la respuesta gubernamental y se negaron a reanudar actividades este martes. “Mucho tiempo han dado (para la mesa de diálogo), son siete días. Yo le aseguro que en esos siete días, Dios no quiera, cuántos pueden haber muerto nuevamente”, declaró uno de los conductores que mantenía la protesta.
Estos transportistas realizaron bloqueos en vías principales del distrito de San Juan de Lurigancho. La Policía Nacional del Perú intervino rápidamente y logró liberar el acceso, mientras que la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) informó que se desactivaron los desvíos del corredor Morado y las unidades retomaron sus rutas habituales. La huelga del lunes ya había complicado la movilidad en Lima, obligando al Gobierno a suspender clases presenciales y pedir teletrabajo.