El vehículo que explotó en los exteriores de la cárcel Regional de Guayaquil había sido robado en Quito en junio de este año. El comandante de la Zona 8, Francisco Zumárraga, informó que el vehículo tenía las placas adulteradas y que fue utilizado en un atentado que, según él, buscaba “amedrentar a las fuerzas del orden” y causar “zozobra” en la ciudadanía. El comandante aclaró que no se trataba de un “coche bomba”, sino de un vehículo cargado con explosivos, que fueron detonados por personas externas al automóvil.
La explosión, que se produjo la noche del viernes 26 de septiembre, no provocó ninguna fuga en la cárcel. La Policía, en un operativo de respuesta, localizó un segundo vehículo, también reportado como robado en Quevedo, que presuntamente fue utilizado por los responsables del ataque para huir de la escena. El incidente se produce en un contexto de creciente violencia y tensión entre las bandas criminales y las fuerzas del orden en Guayaquil, donde los ataques a la infraestructura estatal se han vuelto recurrentes.