Este 7 de noviembre se conmemoran 24 años de la primera y memorable clasificación de la selección ecuatoriana de fútbol a una Copa del Mundo. Aquella gesta deportiva se selló en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito, en un emotivo partido contra Uruguay que terminó con un empate 1-1, un resultado suficiente para asegurar el pasaporte al mundial de Corea-Japón 2002. Miles de aficionados colmaron el estadio, muchos de los cuales llegaron con diez horas de antelación, esperando presenciar un momento que durante décadas pareció inalcanzable para el balompié nacional.
El encuentro, sin embargo, no comenzó de manera favorable, ya que la celeste tomó la delantera con un gol de penal de Richard Olivera hacia el final del primer tiempo, poniendo en riesgo el sueño mundialista. El panorama cambió radicalmente con el ingreso de Álex Aguinaga en la segunda mitad. El histórico 10 de la selección tricolor recibió el balón en el borde del área y ejecutó un centro preciso a la cabeza de Iván Kaviedes. El delantero definió con potencia, marcando el gol más gritado en la historia del fútbol ecuatoriano y desatando la euforia masiva en todo el país. Liderado por el estratega Hernán Darío “Bolillo” Gómez, ese grupo de 22 jugadores transformó la percepción continental de Ecuador, que hasta ese momento era considerado un rival débil, y abrió una nueva era para el fútbol nacional.








