Puerto Bolívar, una parroquia urbana de Machala conocida por su actividad pesquera y su mercado de mariscos, vive una crisis de seguridad que ha alejado al turismo y devastado la economía local. Balaceras, extorsiones y atentados con explosivos, atribuidos a pugnas entre bandas como Los Lobos, han convertido la zona en un área de alto riesgo, según la Policía Nacional. “Aquí sobrevive el que ve, oye y calla”, expresó Arturo, un comerciante local, mientras cerraba su negocio, reflejando el miedo colectivo que ha llevado al cierre de numerosos locales y a la caída del comercio.
En los últimos meses, la parroquia ha registrado incidentes graves, como el atentado con coche bomba del 14 de octubre de 2024, que dejó un vehículo incinerado, y una explosión el 5 de octubre que causó dos muertos, siete heridos y seis casas destruidas. Estos eventos, sumados a homicidios selectivos y extorsiones, han disuadido a los turistas de visitar atractivos como la isla Jambelí. En abril de 2025, apenas 200 boletos se vendieron para el feriado de Semana Santa, según Cecilia Cruz, encargada de la boletería, un descenso drástico frente a años anteriores, agravado por la percepción de inseguridad.
Las Fuerzas Armadas y la Policía han intensificado operativos, con más de 250 efectivos desplegados en febrero de 2025 para allanamientos y controles en sectores como 5 de Diciembre y 4 de Abril, decomisando armas, explosivos y municiones. Pese a estas medidas, la violencia persiste, y la construcción de un nuevo muelle, inaugurado por el presidente Daniel Noboa en abril de 2025 con una inversión de $6.9 millones, busca reactivar la economía, pero enfrenta el desafío de una parroquia estigmatizada como “zona caliente”. Residentes y comerciantes, como María Espinoza, piden acciones contundentes para recuperar la tranquilidad y el turismo, vitales para Puerto Bolívar.
