La plataforma YouTube cerró el canal oficial del presidente venezolano Nicolás Maduro, luego de determinar que los contenidos difundidos infringían sus normas sobre terrorismo y violencia. La medida deja sin su principal vitrina digital al mandatario, que acostumbraba a transmitir allí programas como “Con Maduro +” y discursos en los que criticaba a sus opositores y a Estados Unidos.
En su canal, Maduro solía difundir mensajes cargados de acusaciones contra Washington, así como la exaltación de grupos armados y narrativas que, según la política de la empresa, promueven la violencia. El cierre ocurre en un momento en el que las relaciones entre Caracas y la Casa Blanca atraviesan un nuevo periodo de tensión, con acusaciones mutuas y sanciones económicas que afectan directamente al régimen venezolano.
Desde el gobierno bolivariano se denunció que la decisión de YouTube constituye un acto de censura internacional contra su líder, mientras que organizaciones afines al oficialismo elevaron reclamos ante foros internacionales, calificando la medida como una vulneración a la libertad de expresión y un intento de silenciar la voz del chavismo.
El episodio se suma a las crecientes presiones internacionales contra Maduro, que enfrenta un difícil escenario tanto interno como externo: protestas sociales por la crisis económica, señalamientos de organismos de derechos humanos y la mirada vigilante de Estados Unidos, que insiste en acusarlo de vínculos con el narcotráfico y el Tren de Aragua, una de las bandas criminales más temidas de la región.