La rivalidad entre Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, que alguna vez dominó la taquilla y los titulares de los años 80 y 90, se ha revelado finalmente cómo llegó a su fin. Lo que comenzó con una feroz competencia por el estrellato en el cine de acción, el tamaño de los músculos y los salarios millonarios, culminó en una amistad duradera, todo gracias a una ingeniosa jugada de negocios.
Schwarzenegger, conocido por sus papeles icónicos en “Terminator” y “Conan el Bárbaro”, y Stallone, la estrella detrás de “Rocky” y “Rambo”, se vieron envueltos en una contienda que los llevó a “hacer cosas desagradables y decir cosas desagradables el uno del otro”, según palabras del propio Schwarzenegger. Esta competitividad se extendió a sus películas, donde se desafiaban para ver quién mataba a más personas o usaba armas más grandes. Incluso se reporta que Schwarzenegger engañó a Stallone para que protagonizara la fallida película “¡Alto! O mi mamá dispara”, sabiendo que era un guion terrible, solo para sabotearlo.
Sin embargo, a finales de los años 90, la intensidad de su impacto en taquilla comenzó a disminuir. Fue en este momento que surgió una oportunidad inesperada para la reconciliación. El abogado de ambos, Jake Bloom, propuso que Stallone se uniera a Schwarzenegger como inversionista en la cadena de restaurantes Planet Hollywood. Aunque inicialmente Schwarzenegger se mostró reacio, reconoció el potencial de esta colaboración para limar asperezas.
“Eso es en realidad una buena idea, porque podría unirnos. Y yo quería eso. En ese momento, ya había superado mi locura”, reveló Schwarzenegger. Al viajar juntos por el mundo para promocionar los restaurantes, la animosidad entre ellos se fue desvaneciendo gradualmente, dando paso a una genuina amistad. Desde entonces, han coprotagonizado películas como “Los Indestructibles” y “Escape Plan”, demostrando que, incluso los rivales más acérrimos, pueden encontrar un terreno común y construir una relación sólida.
