Desde que Antonio Álvarez asumió la presidencia de Barcelona Sporting Club en 2024, el banquillo torero ha sido un terreno inestable. En poco más de un año de gestión, han pasado cuatro entrenadores —entre oficiales e interinos— sin que hasta ahora se logre consolidar un proceso duradero que devuelva al Ídolo a los primeros planos del fútbol ecuatoriano e internacional.
El primero bajo su administración fue el uruguayo Diego López. Aunque fue contratado poco antes de que Álvarez asumiera formalmente, fue el actual presidente quien lideró la negociación y luego asumió públicamente la responsabilidad de su llegada. López dirigió al equipo entre julio de 2023 y abril de 2024. Salió tras una campaña irregular y sin cumplir los objetivos deportivos, en medio de críticas por el bajo rendimiento del plantel.
Tras su salida, Barcelona apostó por el argentino Ariel Holan, un técnico de perfil internacional, con experiencia en clubes como Independiente de Avellaneda y Universidad Católica de Chile. Sin embargo, su paso por el club fue breve y decepcionante. Dirigió durante algunas semanas sin lograr resultados ni conexión con el equipo. Su salida dejó nuevamente al club sin rumbo técnico.
En medio de la urgencia, el exjugador torero Segundo Alejandro Castillo asumió como técnico interino por segunda vez. Su papel fue transitorio, liderando al equipo durante algunos partidos mientras se definía el nuevo proyecto. Castillo aportó serenidad en un momento de transición, aunque sin aspiraciones a quedarse de forma permanente.
Finalmente, el 20 de junio de 2025, Barcelona anunció oficialmente al español Ismael Rescalvo como nuevo entrenador del primer equipo. Con contrato hasta diciembre de 2026, su arribo generó debate por su pasado en Emelec, clásico rival del Ídolo, al que dirigió entre 2019 y 2022.
Con los azules alcanzó una final nacional, pero nunca ganó un título, y su relación con la hinchada fue constantemente tensa. Su más reciente experiencia fue en Deportes Tolima, donde también terminó saliendo por malos resultados y presión popular.
Cuatro técnicos en poco más de un año resumen la dificultad de encontrar estabilidad en el proyecto deportivo de la actual dirigencia. Las miradas ahora están puestas en Rescalvo, quien deberá demostrar que puede revertir las dudas y conducir a Barcelona por el camino de la regularidad y los títulos.
