El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, pidió a China que convenza a Irán de no cerrar el estrecho de Ormuz, una ruta clave para el 20 % del crudo mundial, tras los bombardeos estadounidenses a tres instalaciones nucleares iraníes, sumados a la ofensiva israelí del 13 de junio.
Rubio, en Fox News, calificó un posible cierre del estrecho como un “suicidio económico” para Irán y una escalada que provocaría respuestas de EE. UU. y otros países, cuyos suministros de petróleo dependen de esta vía. Analistas advierten que Teherán podría tomar represalias tras los ataques, mientras un asesor iraní señaló bases estadounidenses como “objetivos legítimos”.
China, junto a Rusia y varios Estados árabes, condenó los bombardeos, argumentando que aumentan las tensiones en Oriente Medio. Rubio subrayó que un bloqueo del estrecho afectaría más a las economías de otros países que a la de EE. UU., instando a una acción diplomática para evitar una crisis global.
