Los drones kamikaze se han convertido en armas clave en la invasión rusa a Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022, causando millones de muertos y desplazados. Rusia incrementó su uso un 40%, lanzando cerca de 5,500 drones en junio de 2025, según analistas.
Ucrania contraatacó el 1 de julio, bombardeando una fábrica de drones en Izhevsk, Rusia, con drones del Servicio de Seguridad, apuntando al complejo militar ruso, informó Ukrinform.
El presidente Volodimir Zelenski calificó un ataque ruso con más de 400 drones en junio como uno de los más “horribles” de la guerra. Sectores como Huliaipole y Orikhiv enfrentan al menos tres ataques diarios.
Vladyslav Voloshyn, portavoz de las Fuerzas del Sur, destacó la alta tasa de uso de drones kamikaze por parte de Rusia, marcando una escalada en la intensidad del conflicto.
El uso de estas armas refleja la evolución tecnológica de la guerra, con ambos bandos dependiendo de drones para ataques estratégicos y tácticos.
