Ucrania solicitó el 2 de julio de 2025 un apoyo “constante” para frenar la guerra con Rusia, tras el anuncio de EE.UU. de suspender envíos de ciertas armas, como sistemas Patriot, misiles Hellfire y artillería de precisión, por bajas reservas, según la Casa Blanca.
El Ministerio de Defensa ucraniano afirmó que la presión conjunta y el apoyo inquebrantable son clave para terminar el conflicto. Kiev convocó al diplomático estadounidense John Ginkel, advirtiendo que cualquier retraso alienta la agresión rusa.
La decisión llega en un momento crítico, con Rusia intensificando ataques, ocupando casi el 20% de Ucrania. Volodimir Zelenski reiteró la necesidad de sistemas Patriot ante los bombardeos diarios.
Una fuente militar ucraniana expresó preocupación por la dependencia de armas estadounidenses, difíciles de reemplazar por Europa. El Kremlin celebró la medida, afirmando que acelera el fin de su “operación militar”.
Expertos del CSIS advierten que, sin apoyo de EE.UU., Ucrania enfrentará serias dificultades a largo plazo, mientras Rusia podría negarse a negociar.
