Miles de aficionados al fútbol se han volcado hoy en Lisboa para rendir un sentido homenaje a los futbolistas portugueses Diogo Jota y André Silva, en una multitudinaria y emotiva capilla ardiente que se ha convertido en un epicentro de dolor y gratitud. Las instalaciones dispuestas para la despedida se vieron desbordadas por una marea humana que, con lágrimas en los ojos y el corazón encogido, quiso dar el último adiós a dos figuras que marcaron el deporte luso.
Desde tempranas horas de la mañana de este viernes 4 de julio de 2025, largas filas de seguidores, vistiendo camisetas de sus clubes y de la selección nacional, aguardaban pacientemente su turno para acceder al recinto. La atmósfera era de profundo respeto y tristeza, salpicada por aplausos espontáneos y cánticos que recordaban los mejores momentos de la carrera de ambos deportistas. Coronas de flores, bufandas y mensajes de cariño inundaron el espacio, transformándolo en un altar improvisado de la memoria colectiva.
Entre los asistentes se pudo observar a compañeros de equipo, ex entrenadores, personalidades del mundo del fútbol y la política, así como familias enteras que se acercaron para compartir el duelo. Las imágenes que circulan muestran rostros compungidos y abrazos de consuelo, evidenciando el impacto que la partida de Jota y Silva ha tenido en la sociedad portuguesa.
Este conmovedor tributo es un reflejo del profundo afecto y admiración que la afición sentía por Diogo Jota y André Silva, no solo por su talento en el campo, sino también por su compromiso y espíritu deportivo. Su legado, más allá de los goles y las victorias, permanecerá vivo en el recuerdo de quienes hoy les despidieron con tanta emoción.
