El 9 de julio de 2025, el embajador colombiano en EE. UU., Daniel García-Peña, anunció el fin de la crisis diplomática entre ambos países, desatada la semana pasada por acusaciones del presidente Gustavo Petro sobre un supuesto complot golpista con apoyo de republicanos, de las que luego se retractó. Los canales diplomáticos resolvieron el impasse, según García-Peña en Blu Radio.
El jueves pasado, ambos países llamaron a consultas a sus representantes: EE. UU. a John McNamara, encargado de negocios en Bogotá, y Colombia a García-Peña, quien ya retornó a Washington. La embajada estadounidense no confirmó el regreso de McNamara. Petro había señalado al secretario de Estado, Marco Rubio, en las acusaciones, pero el 23 de junio aclaró en una carta a Donald Trump que no vincularía a EE. UU. sin pruebas.
García-Peña enfatizó la importancia de la histórica relación bilateral, subrayando que “los canales diplomáticos benefician a ambos países”. Sin embargo, tensiones persisten por choques entre Petro y Trump en temas como migración, aranceles y la suspensión de extradiciones de narcos, en un contexto donde EE. UU. es el principal socio comercial y militar de Colombia.
La relación, clave en la lucha antidrogas, enfrenta retos con récords de narcocultivos en Colombia y la próxima revisión de EE. UU. sobre la certificación antidrogas. La resolución diplomática busca estabilizar los lazos, pero los desafíos bilaterales persisten.