El presidente Donald Trump firmó el 16 de julio de 2025 la “Ley HALT Fentanyl”, que impone penas mínimas de 10 años de prisión por traficar más de 100 gramos de fentanilo o sus análogos, clasificados permanentemente como drogas de lista 1 por su alto potencial de abuso. La legislación, aprobada por republicanos y demócratas, busca cerrar lagunas legales ante las modificaciones químicas de los cárteles para evadir prohibiciones.
Trump acusó a los cárteles mexicanos, declarados “terroristas” globales, de dominar México y fabricar fentanilo con precursores chinos, afirmando que las autoridades mexicanas están “aterrorizadas” y que los cárteles controlan políticos y el país. México desmintió estas declaraciones, negando cualquier alianza con narcotraficantes.
La ley responde a la crisis de opioides en EE. UU., donde el fentanilo causó cerca de 50.000 muertes por sobredosis en 2024. Trump destacó el carfentanilo, un opioide 100 veces más potente que el fentanilo, como una amenaza creciente, letal en dosis mínimas de 2 miligramos.
La epidemia de opioides, que ha matado a más de un millón de estadounidenses en dos décadas, comenzó en los años 90 con la comercialización masiva de analgésicos recetados. La nueva legislación busca frenar la proliferación de análogos ilícitos que los cárteles adaptan para burlar las regulaciones.
Trump, desde su regreso a la Casa Blanca, ha intensificado su retórica contra México y Canadá, amenazando con aranceles por considerar insuficientes sus esfuerzos contra el tráfico de fentanilo. En febrero, acusó al gobierno mexicano de tener una “alianza intolerable” con los cárteles, generando tensiones diplomáticas.
La “Ley HALT Fentanyl” representa un paso hacia el endurecimiento de la lucha antidrogas en EE. UU., pero las acusaciones de Trump subrayan un enfoque agresivo que podría complicar la cooperación bilateral con México en este tema crítico.