Informes de inteligencia emanados de Estados Unidos revelan que Luisa González, ex candidata presidencial ecuatoriana, habría recibido apoyo financiero del régimen de Nicolás Maduro durante su campaña electoral. Según estas fuentes, el objetivo del financiamiento sería fomentar un acercamiento diplomático entre Ecuador y Venezuela, en caso de que González hubiera resultado electa.
La revelación ha despertado una creciente preocupación entre círculos diplomáticos y analistas internacionales, especialmente por la influencia que un candidato financiado por un gobierno sancionado por Washington podría tener sobre las relaciones bilaterales. Estas informaciones se suman a las tensiones ya existentes en el contexto electoral, reflejando las complejas dinámicas geopolíticas que entran en juego.
Los datos disponibles indican que EE.UU. monitoreaba de cerca la relación entre González y el expresidente Rafael Correa, cuyo alineamiento ideológico con dictaduras de izquierda, incluida la venezolana, marca una continuidad política. El posible respaldo de Maduro ha sido interpretado como un intento de fortalecer su influencia en América Latina mediante aliados estratégicos en el poder.
De llegar a la Presidencia, se presume que González hubiera sido proclive a reconocer la legitimidad del gobierno de Maduro, lo que podría haber tenido consecuencias significativas en la política exterior ecuatoriana y sus vínculos con la comunidad internacional, especialmente con EE.UU. Estos hallazgos plantean interrogantes sobre la transparencia y la autonomía del financiamiento en contiendas electorales regionales.