La Guardia Costera de EE. UU. informó el 9 de septiembre sobre la destrucción de un barco cargado con 13.000 libras de cocaína y la detención de siete presuntos traficantes en el océano Pacífico, como parte de la operación Pacific Viper. Esta acción se suma a los recientes esfuerzos antidrogas del gobierno estadounidense, que reporta haber interceptado más de 18.000 kilos de droga y detenido a 36 sospechosos en los últimos meses, apoyados por un despliegue militar que incluye ocho buques de guerra, un submarino nuclear y diez cazas F-35 en Puerto Rico.
El presidente Donald Trump destacó el 2 de septiembre un ataque previo contra un barco proveniente de Venezuela, en el que se abatieron 11 presuntos traficantes sin bajas estadounidenses. En sus declaraciones, subrayó que estas operaciones buscan enviar un mensaje disuasivo a los narcotraficantes, advirtiendo que EE. UU. continuará con intervenciones en aguas internacionales para frenar el ingreso de drogas al país.
El operativo Pacific Viper refleja la intensificación de la vigilancia marítima y aérea en el Caribe y el Pacífico, con un enfoque en desmantelar redes de narcotráfico. Las autoridades del Departamento de Seguridad aseguran que estas acciones, respaldadas por un robusto despliegue militar, son clave para proteger las fronteras estadounidenses y combatir el crimen organizado transnacional.
