El ministro de Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, lanzó el viernes 9 de mayo de 2025 fuertes acusaciones contra el gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro, afirmando que promueve el cultivo de coca y marihuana, calificando el narcotráfico como la “única industria” de Colombia. Según reporta Diario Expreso, las declaraciones, emitidas durante su programa matutino semanal, intensifican las tensiones entre ambos países, cuya relación bilateral ha sido históricamente compleja.
Cabello, considerado el número dos del chavismo, aseguró que “desde los gobiernos que ha tenido Colombia, inclusive este mismo gobierno, promueven el cultivo de hojas de coca y de marihuana”. Además, criticó a Petro por actitudes que, a su juicio, hacen parecer al Ejecutivo colombiano como “enemigo” de Venezuela, pese a los esfuerzos del gobierno de Nicolás Maduro por apoyar procesos de paz en Colombia. Entre sus afirmaciones, destacó que sin Hugo Chávez y Maduro “no hubiese sido posible” dicho proceso.
El ministro también señaló que Venezuela proporcionó información a Colombia sobre 16 miembros de la banda Tren de Aragua, presuntamente protegidos por expresidentes colombianos como Iván Duque y Juan Manuel Santos, pero que solo uno fue capturado. Estas acusaciones se suman a las de Maduro, quien el 30 de abril afirmó que Colombia no responde a llamados para abordar problemas como narcotráfico y violencia en la frontera común de 2.219 kilómetros.
Las declaraciones de Cabello contrastan con las políticas de Petro, quien ha impulsado programas de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos, ofreciendo pagos a campesinos para erradicar 25,000 hectáreas de coca en regiones como el Catatumbo, según reportes de Euronews. Sin embargo, su gobierno ha enfrentado críticas por el aumento de cultivos ilícitos, que crecieron de 43,000 a 53,000 hectáreas entre 2023 y 2024. La reactivación de erradicaciones con glifosato, anunciada por el ministro de Defensa en abril de 2025, también ha generado controversia, contradiciendo promesas previas de Petro.
Este nuevo roce diplomático pone en evidencia las fricciones entre Caracas y Bogotá, mientras la región observa con atención las implicaciones para la cooperación bilateral en temas de seguridad y narcotráfico.