Usuarios y conductores de taxis amarillos han expresado su molestia debido a las largas filas que se forman en las horas pico en la entrada de la Terminal Terrestre de Guayaquil. La causa es el reforzamiento del control que prohíbe el ingreso de vehículos particulares y taxis a la zona de los andenes de embarque y desembarque del Sistema Intermodal de Transporte Urbano.
Impacto en el Flujo Vehicular y Usuarios
La Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) reforzó la señalética y la presencia de agentes desde finales de octubre para “ordenar la movilidad”. Sin embargo, esta medida ha generado un “cuello de botella” y ha afectado directamente a los usuarios:
- Congestión: Los vehículos particulares y taxis deben utilizar un carril lateral que bordea la pileta para retornar a las avenidas Narcisa de Jesús y Antonio Parra, lo que resulta insuficiente y provoca largas filas y demoras.
- Caminata Obligada: Los viajeros, especialmente aquellos con carga, ahora deben caminar una mayor distancia hasta los ingresos peatonales para evitar pagar la tasa de ingreso de $0,25 que se cobra en las plumas de la terminal, según indicó el taxista Carlos Rugel.
- Comportamiento de Riesgo: Usuarios como Daniel Tinoco señalan que la congestión se traslada a la zona de la pileta y antes del paso peatonal, ya que “la gente se baja al vuelo para que no los multen”.
El Debate sobre el Control
Pese a las quejas, la ATM ha sido enfática en que el carril cerca de los andenes es exclusivo para el transporte público. Los conductores de buses urbanos y Metrovía, como Olmedo Gutiérrez, aplauden la restricción, ya que los vehículos particulares “están ahí cruzados o bloqueando los espacios”, dificultando el avance en horas pico.
En redes sociales, la ciudadanía ha sugerido una reestructuración de la zona de la pileta, proponiendo ampliar el carril para crear una zona exclusiva y eficiente para dejar pasajeros de taxi.
