El primer ministro canadiense, Mark Carney, anunció que su país reanudará las conversaciones comerciales con Estados Unidos solo “cuando sea apropiado”, subrayando que no existe actualmente ningún asunto urgente que deba tratar con el presidente Donald Trump. La declaración de Carney, realizada durante la reunión de líderes del G20 en Johannesburgo, refleja la postura cautelosa de Canadá tras la suspensión de las negociaciones comerciales el mes pasado, motivada por un anuncio antiarancelario del Gobierno Provincial de Ontario. A pesar de la pausa, Carney indicó que es probable que haya conversaciones con el presidente Trump en las próximas dos semanas. La nación norteamericana prioriza, por el momento, el desarrollo de “nuevas asociaciones” y se enfoca en su futuro económico, mientras espera la voluntad de Estados Unidos para retomar los diálogos centrados en el aspecto comercial.
Canadá mantiene como objetivo central lograr un acuerdo que permita rebajar los aranceles a la importación de acero, aluminio y automóviles que fueron impuestos por la administración Trump. La postura de Carney está alineada con su reciente éxito en el parlamento canadiense, donde su gobierno superó por escaso margen un voto de confianza para aprobar un presupuesto crucial. Esta iniciativa fiscal está diseñada específicamente para contrarrestar el impacto económico de los aranceles estadounidenses y reorientar la política económica, reduciendo la dependencia de Estados Unidos. El primer ministro ha sido enfático al señalar que, en su opinión, las relaciones bilaterales con el gobierno actual de Estados Unidos no volverán a la normalidad previa. Carney definió su plan como una oportunidad “generacional” para fortalecer la economía nacional y mejorar la soberanía económica, advirtiendo que “ahora no es el momento de ser cautelosos” frente a las políticas comerciales adversas de Estados Unidos. Su enfoque busca lograr “grandes cosas para los canadienses, y lograrlas rápidamente”.
