Las imágenes difundidas en medios internacionales revelan la magnitud de la tragedia que consume un complejo residencial en Hong Kong, con columnas de fuego y humo espeso elevándose sobre los edificios. El incendio, clasificado en nivel cuatro de una escala de cinco, se desató en el complejo Wang Fuk Court en el distrito de Tai Po y se propagó rápidamente a través de los andamios de bambú instalados en la fachada de varios bloques. Este material, común por su bajo costo, se convirtió en el principal combustible que transformó los rascacielos en una infernal cascada de llamas, atrapando a numerosos residentes.
Los socorristas enfrentan dificultades extremas debido a las altas temperaturas en el interior y a la caída constante de escombros y andamios. El incendio ya ha cobrado la vida de al menos trece personas, entre ellas un bombero, y ha dejado más de veinte heridos. Testigos expresaron su indignación ante la aparente lentitud en la extinción de un fuego que supera las ocho horas de duración. La densa columna de humo y la imagen de múltiples torres envueltas en llamas han paralizado la región, evidenciando un desastre de proporciones sin precedentes en la ciudad.
