El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó este sábado que llevó a cabo un “bombardeo masivo” durante la noche, utilizando misiles hipersónicos Kinzhal y otras armas de alta precisión, para atacar instalaciones energéticas y militares de Ucrania. Moscú justificó esta acción como una “respuesta a los ataques terroristas de Ucrania contra objetivos civiles en Rusia”. La cartera de Defensa aseguró que el ataque logró sus objetivos y que todos los blancos predeterminados fueron alcanzados. Las fuerzas rusas emplearon una combinación de misiles hipersónicos Kinzhal, armas de alta precisión terrestres y marítimas, y vehículos aéreos no tripulados de largo alcance. El Kinzhal, un misil balístico lanzado desde el aire que supuestamente puede viajar hasta diez veces la velocidad del sonido, representa una de las armas más sofisticadas y difíciles de interceptar por las defensas aéreas convencionales. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció que los bombardeos rusos alcanzaron una docena de instalaciones civiles, dejando a miles de personas sin electricidad en siete regiones.
Zelenski afirmó en redes sociales que “claramente, no se trata de poner fin a la guerra” y que los rusos “siguen buscando destruir nuestro Estado e infligir más sufrimiento a nuestro pueblo”. Por otro lado, la agencia de noticias rusa Xinhua confirmó que el Ministerio de Defensa ruso señaló la destrucción de múltiples empresas militares-industriales e instalaciones energéticas ucranianas relacionadas con sus operaciones. La escalada de violencia coincide con informes sobre un ataque con drones ucranianos en el centro de Rusia, específicamente en un edificio residencial de Saratov, que resultó en la muerte de dos personas y daños en varios apartamentos. Ucrania, por su parte, lleva a cabo regularmente ataques con drones en Rusia, asegurando que sus objetivos principales son infraestructuras militares y energéticas. El panorama bélico continúa en una fase de intensos ataques mutuos, donde la infraestructura vital y las instalaciones militares son el foco de la ofensiva rusa.
