La policía de Australia imputó formalmente a Naveed Akram por terrorismo, 15 cargos de asesinato y otros delitos graves tras el sangriento ataque perpetrado en la emblemática playa de Bondi Beach, en Sídney. Según el comunicado oficial de la policía de Nueva Gales del Sur, el acusado incurrió en conductas destinadas a causar muerte y terror para promover una causa religiosa, basándose en indicios de que el ataque fue inspirado por el grupo terrorista ISIS. Naveed Akram, quien resultó herido por disparos policiales y permanecía en coma hasta el martes, comparecerá ante la justicia mediante videoconferencia desde el hospital. Su padre y cómplice, Sajid Akram, murió durante el enfrentamiento armado con las fuerzas de seguridad el día del atentado.
La fiscalía también ha presentado 40 cargos por causar lesiones corporales graves con la intención de matar y por la exhibición pública de símbolos de organizaciones terroristas prohibidas, tras hallar banderas artesanales del Estado Islámico en un vehículo vinculado a los atacantes. El atentado, ocurrido durante una celebración de Janucá, cobró la vida de 15 personas, incluyendo niños y sobrevivientes del Holocausto. Mientras la comunidad judía inicia los funerales de las víctimas, el primer ministro Anthony Albanese reafirmó el compromiso del gobierno para erradicar el antisemitismo y la “ideología maligna” detrás del ataque. En paralelo, Filipinas ha negado que el archipiélago haya sido utilizado como centro de entrenamiento para los perpetradores, a pesar de reportes sobre su ingreso previo al país.
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