El periodista Carlos Montero generó una fuerte polémica en redes sociales tras intentar defender la gestión de Nicolás Maduro frente al reciente embargo petrolero total impuesto por Estados Unidos. Montero calificó la medida de Washington como un ataque injustificado a la soberanía, ignorando el contexto de represión denunciado por organismos internacionales y la crisis institucional que atraviesa Venezuela. Esta postura le valió una ola de críticas por parte de usuarios y colegas, quienes señalaron que su discurso se alinea con la narrativa de la dictadura mientras el país enfrenta una asfixia económica derivada de la mala administración y la falta de libertades democráticas básicas.
La “mala jugada” comunicacional de Montero ocurrió justo cuando la administración de Donald Trump endureció las sanciones para forzar una salida política en Caracas, afectando directamente los ingresos que sostienen la estructura militar del chavismo. Al intentar victimizar al régimen, el comunicador quedó expuesto ante una audiencia que le recriminó su silencio sobre las violaciones a los derechos humanos y la detención de periodistas en la frontera. Expertos en comunicación política sugieren que este tipo de intervenciones solo profundizan el aislamiento de los voceros que aún intentan dar validez a un sistema señalado globalmente por su carácter autoritario y su colapso económico persistente.
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