La tensión geopolítica en el Caribe ha escalado tras la intervención de China en el conflicto entre Estados Unidos y Venezuela. Este lunes veintidós de diciembre, la Cancillería china emitió una fuerte protesta diplomática contra las acciones de la administración de Donald Trump, sumándose al rechazo de Caracas.
🇨🇳 La postura oficial de Pekín
El portavoz de la Cancillería, Lin Jian, detalló la posición de su país frente a los recientes sucesos navales:
- Ilegalidad internacional: China sostiene que las sanciones de EE. UU. carecen de fundamento legal al no ser autorizadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
- Defensa de la soberanía: Lin aseveró que las incautaciones atentan contra la soberanía de los países y representan un acto de “intimidación unilateral”.
- Derecho al comercio: Pekín subrayó que Venezuela tiene pleno derecho a desarrollar cooperaciones económicas beneficiosas con otros países de forma independiente.
🚢 Las incautaciones de la “Flota Fantasma”
En las últimas dos semanas, Washington ha ejecutado dos operaciones de gran envergadura bajo el argumento de combatir el narcoterrorismo:
- Buque Centuries: Confiscado el pasado sábado. Con bandera panameña, la Casa Blanca lo identifica como parte de una “flota fantasma” destinada a traficar petróleo robado.
- Buque Skipper: Incautado el diez de diciembre. EE. UU. tomó control de la nave y de todo el crudo de la estatal PDVSA que transportaba.
- El argumento de EE. UU.: La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y la portavoz Anna Kelly insisten en que estas acciones son necesarias para cortar el financiamiento al gobierno de Nicolás Maduro.
⚓ Bloqueo total y respuesta de Caracas
El conflicto se enmarca en una nueva política de máxima presión anunciada por el presidente estadounidense:
- Bloqueo naval: Donald Trump ordenó cerrar el paso a cualquier buque petrolero sancionado que intente entrar o salir de Venezuela.
- Respuesta de Venezuela: El gobierno de Maduro ha calificado estas acciones como un “robo” en alta mar y ha anunciado que ejercerá acciones legales internacionales para recuperar los activos.
China ha reiterado que estas medidas constituyen una “injerencia en los asuntos internos” de una nación soberana, profundizando la brecha diplomática entre las dos potencias mundiales respecto al manejo de la crisis venezolana.
