En medio de la efervescencia política y los recientes acontecimientos que han puesto al precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay en la palestra pública, la historia de su familia, profundamente marcada por la violencia en Colombia, vuelve a ser un tema de relevancia nacional. La trayectoria de Uribe Turbay no puede disociarse del legado de dolor y sacrificio que ha vivido su círculo más íntimo, siendo el más emblemático el asesinato de su madre, Diana Turbay, a manos de “Los Extraditables” en 1991.
Diana Turbay Quintero, reconocida periodista y exdirectora de la revista Hoy por Hoy, fue secuestrada en agosto de 1990 por el cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar. Su cautiverio se extendió por varios meses, en un intento de presionar al gobierno colombiano para evitar la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos. Trágicamente, Diana Turbay perdió la vida el 25 de enero de 1991, durante un fallido intento de rescate por parte de las fuerzas de seguridad, en circunstancias que aún generan controversia y dolor en el país.
Este episodio, uno de los más oscuros en la historia reciente de Colombia, no solo dejó una herida imborrable en la familia Turbay, sino que también se convirtió en un símbolo de la brutalidad del narcoterrorismo que azotó al país en las últimas décadas del siglo XX. Miguel Uribe Turbay, quien ha seguido los pasos de su familia en la política, ha crecido bajo la sombra de esta tragedia, una experiencia que, sin duda, ha moldeado su visión y su compromiso con el futuro de Colombia.
La memoria de Diana Turbay y el sufrimiento de su familia son un recordatorio constante de los desafíos que ha enfrentado la nación en su búsqueda de paz y estabilidad. A medida que Miguel Uribe Turbay continúa su camino en la vida pública, su historia familiar se erige como un testimonio vivo de la resiliencia y el dolor que muchas familias colombianas han experimentado a causa de la violencia.
