En Ecuador, los trabajadores en relación de dependencia y sus empleadores aportan al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) para garantizar beneficios como salud, pensiones y auxilios. Para el sector privado, el aporte total es del 20,60% del salario: el empleado contribuye con el 9,45% y el empleador con el 11,15%. Por ejemplo, un trabajador con un sueldo de $800 aporta $75,60 mensuales, calculado multiplicando el salario por 9,45 y dividiendo entre 100. En el sector público, el empleado aporta el 11,45% y el Estado el 9,15%. Los afiliados voluntarios, incluidos ecuatorianos en el exterior, deben cubrir el 17,60% del salario base.
Estos aportes financian servicios como atención médica, pensiones por vejez, invalidez, montepío y préstamos hipotecarios. Los fondos de reserva y cesantía, parte de las contribuciones, se acumulan en cuentas individuales y pueden retirarse bajo ciertas condiciones, como desempleo tras tres meses o jubilación. La afiliación es obligatoria para trabajadores en relación de dependencia desde el primer día, y el incumplimiento por parte del empleador puede acarrear sanciones, según el Código Orgánico Integral Penal. Los afiliados pueden verificar sus aportes en línea mediante el portal del IESS con su cédula y clave.
La sostenibilidad del sistema preocupa, ya que actualmente solo tres afiliados sostienen a un jubilado, cuando lo óptimo es ocho por pensionista. Las reformas propuestas buscan transparentar las cifras del IESS y garantizar su financiamiento. Por ejemplo, un afiliado con un sueldo promedio de $1.500 podría acumular $74.000 en 20 años, equivalente al costo de una vivienda. La afiliación voluntaria creció un 210% en 2024, especialmente entre jóvenes, aunque no todos los beneficios, como fondos de cesantía, están disponibles para ellos.
