Brigitte Macron, nacida Brigitte Marie-Claude Trogneux el 13 de abril de 1953 en Amiens, Francia, es la primera dama de Francia desde 2017, tras la elección de su esposo, Emmanuel Macron, como presidente. Con 71 años en 2025, su vida ha estado marcada por una relación amorosa controvertida y un papel público discreto pero activo. Proveniente de una familia burguesa, heredera de la chocolatería Trogneux, Brigitte fue profesora de literatura y teatro en colegios de élite, como el Lycée la Providence en Amiens, donde conoció a Macron, entonces un estudiante de 15 años, en 1993. Su relación, que comenzó cuando ella tenía 40 años y estaba casada con tres hijos, desató un escándalo en la conservadora Amiens, pero culminó en su matrimonio en 2007 tras su divorcio del banquero André-Louis Auzière.
La historia de amor entre Brigitte y Emmanuel Macron ha sido objeto de fascinación y críticas debido a los 24 años de diferencia de edad. “El único obstáculo eran mis hijos. Me tomé el tiempo necesario para no arruinarles la vida”, confesó Brigitte en Paris Match en 2023, revelando los 10 años que esperó antes de formalizar su relación. A pesar de los prejuicios, Macron ha descrito a Brigitte como su “parte no negociable”, destacando su rol como consejera clave durante su ascenso político, desde la banca Rothschild hasta el Elíseo. La pareja no tiene hijos juntos, pero Brigitte es madre de Sébastien, Laurence y Tiphaine, y abuela de siete nietos, quienes consideran a Macron su abuelo. Su vida familiar se mantiene reservada, aunque marcada por momentos públicos, como su apoyo en la campaña presidencial de 2017.
Como primera dama, Brigitte ha optado por un perfil bajo, evitando un cargo oficial tras la oposición pública a una propuesta de estatus formal en 2017, que recogió 300,000 firmas en contra. En cambio, opera bajo una “carta de transparencia” que publica su agenda y detalla su equipo de tres asistentes, menos que sus predecesoras. Su labor se centra en educación, salud y discapacidad, liderando la Fundación Hospitales desde 2019 y creando una escuela de literatura para adultos con LVMH. También ha apoyado causas internacionales, como la evacuación de niños ucranianos enfermos en 2022. Su discreción, descrita como “en la sombra pero nunca desenfocada” por EL PAÍS, la mantiene como una figura influyente pero no protagónica en el Elíseo.
Brigitte ha enfrentado desafíos públicos, especialmente rumores transfóbicos que la acusaban de ser hombre, iniciados en 2021 por grupos de ultraderecha y antivacunas. Estos ataques, que circularon ampliamente en redes sociales, llevaron a demandas judiciales contra una “médium” y una “periodista independiente” en 2022. Otro incidente notable fue en 2019, cuando el expresidente brasileño Jair Bolsonaro la comparó despectivamente con su esposa, generando disculpas masivas de brasileños bajo el hashtag #DesculpaBrigitte. En 2025, un video viral en Vietnam mostró a Brigitte apartando el rostro de Macron, interpretado por algunos como una pelea de pareja, aunque el Elíseo lo calificó como un “gesto humorístico”. Estos episodios reflejan la atención mediática que enfrenta, a menudo centrada en su vida personal más que en su trabajo.
Su estilo elegante, con atuendos de Louis Vuitton y Dior, la ha convertido en un ícono de moda, destacada en eventos como los Juegos Olímpicos de París 2024, donde lució un abrigo-vestido beige. Su cameo en la serie Emily in Paris (2024) y una próxima serie sobre su vida, anunciada por Gaumont, reflejan su impacto cultural, aunque ella no está asociada al proyecto. A pesar de las controversias, Brigitte mantiene una vida hogareña, preparando desayunos para Macron y priorizando la intimidad de su familia. Su rol combina la tradición de las primeras damas francesas con un enfoque moderno, marcado por su apoyo incondicional a Macron y su compromiso con causas sociales, mientras enfrenta los retos de la exposición pública en un país escéptico sobre el papel de la primera dama.