El rey Carlos III, a pesar de mantener una salud estable en medio de su tratamiento contra el cáncer, ha comenzado a delinear los detalles de su funeral de Estado, conocido como la Operación Menai Bridge, según reveló The Telegraph. Este plan, que sigue la tradición británica de preparar con años de antelación las exequias reales, incluye un gesto significativo hacia su hijo menor, el príncipe Harry, y su esposa, Meghan Markle, a pesar de las tensiones familiares derivadas del “Megxit” en 2020. La inclusión de los duques de Sussex y sus hijos, Archie y Lilibet, en los actos fúnebres refleja el deseo del monarca de fomentar la unidad familiar en su último adiós.
Un funeral con sello personal y sostenible
La planificación del funeral de Carlos III, que sigue el modelo de la Operación London Bridge ejecutada tras la muerte de la reina Isabel II en septiembre de 2022, incorpora elementos que reflejan los valores del monarca, como su compromiso con el medio ambiente. Según The Telegraph, el rey ha solicitado el uso de vehículos híbridos o eléctricos para el transporte oficial, la reducción de flores importadas y la priorización de materiales reciclables, buscando un evento sobrio pero solemne. El cuerpo del monarca permanecerá en capilla ardiente en Westminster Hall durante cuatro días, seguido de una procesión por las calles de Londres, una misa en la Abadía de Westminster y un entierro privado en la Capilla de San Jorge, en Windsor. A diferencia del luto nacional de una semana tras el funeral de Isabel II, Carlos III ha indicado que este periodo finalizará el día del funeral, previsto para 10 u 11 días después de su fallecimiento.
El papel de Harry, Meghan y sus hijos
A pesar de la distanciada relación con el príncipe Harry, quien junto a Meghan abandonó sus roles reales en 2020 y se mudó a Estados Unidos, Carlos III ha asegurado un lugar destacado para los duques de Sussex en su funeral. Según The Telegraph, Harry caminará junto a su hermano, el príncipe William, al frente de la procesión fúnebre, en un gesto simbólico que recuerda cuando ambos hermanos marcharon juntos tras el féretro de su madre, Diana de Gales, en 1997. Además, Harry y Meghan participarán en la vigilia familiar en Westminster Hall, junto a los miembros principales de la realeza. Los hijos de la pareja, Archie (6 años) y Lilibet (4 años), también tendrán un lugar reservado en los servicios religiosos en la Abadía de Westminster y la Capilla de San Jorge, si así lo deciden los duques.
Un mensaje de reconciliación
La inclusión de Harry, Meghan y sus hijos en los planes funerarios se interpreta como un intento de Carlos III por tender puentes con su hijo menor y evitar una ruptura definitiva con los Sussex. En su libro En la sombra, Harry relató la angustia de su padre ante las disputas entre sus hijos, recordando su súplica tras el funeral del duque de Edimburgo: “Por favor, chicos, no convirtáis en un suplicio mis últimos años”. Aunque la comunicación entre Carlos y Harry es limitada, con el príncipe afirmando en una entrevista con la BBC en mayo de 2025 que su padre no responde sus llamadas, el monarca parece decidido a proyectar una imagen de unidad familiar. Fuentes citadas por The Telegraph sugieren que esta decisión no solo responde al protocolo, sino también al deseo personal de Carlos de mantener a Harry y sus nietos dentro del seno de los Windsor.

Oportunidades futuras para el acercamiento
Aunque el funeral de Carlos III no parece inminente, con el rey manteniendo su agenda oficial y un pronóstico de superar los 80 años, según el Palacio de Buckingham, los próximos años ofrecen oportunidades para una posible reconciliación. Los Juegos Invictus de 2027 en Birmingham, organizados por Harry, y el 80º cumpleaños del monarca en 2028 serán momentos clave para evaluar el estado de la relación familiar. Según The Mail on Sunday, Harry planea invitar a su padre y otros miembros de la realeza a los Juegos Invictus, un gesto que podría abrir la puerta a un acercamiento.
Un legado de unidad y sobriedad
El funeral de Carlos III, aún en fase de planificación, no solo será un evento de Estado, sino también un reflejo de su legado como monarca comprometido con la sostenibilidad y la armonía familiar. La inclusión de Harry y Meghan, junto a gestos como la colocación de los emblemas reales por parte de William y Harry sobre el féretro, busca enviar un mensaje de unidad al mundo. Mientras tanto, la monarquía británica continúa preparándose para garantizar la continuidad de la Corona, con el príncipe William listo para asumir el trono como William V, según expertos citados por El Cronista. La última voluntad de Carlos III parece ser clara: dejar un legado de reconciliación y respeto por sus valores, incluso en su despedida final.
